viernes, 15 de octubre de 2004

viernes

El cielo está azul, las nubes se recortan con nitidez, como en una película de Miyazaki.

Al dentista habrá que volver el miércoles.

Un puñado de amigas en Italia. Me llegó un mensaje esta mañana al móvil: acababan de llegar, todo ha ido bien... (Qué invento, por cierto, lo de los mensajes de móvil a móvil... Permite el contacto directo, inmediato. Y recupera la escritura, aunque sea de manera limitada y, en ocasiones, hasta un poco lamentable...)

Me dan mucha envidia, claro: Botticelli.

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Fechas de entrega. Voy escribiendo reseñas un poco a salto de mata, parcheando. (Como casi siempre, por otra parte.) El texto largo va a ser más complicado... pero estará, supongo, cuando tiene que estar. (Al menos, las imágenes están escaneadas...)

Y uno se pregunta, a veces, quién lee esas reseñas, si alguien les encuentra utilidad, más allá del contraste de opiniones... ¿Para qué sirven las revistas del medio?

(A mí sí me sirven, cuidado: las leo prácticamente todas. Me interesa lo que se escribe... y de qué se escribe. De alguna manera, es información que señala por dónde van los intereses del público. Y, por tanto, de una u otra forma, también del mercado.)

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Premio Nacional de Narrativa para Juan Manuel De Prada. División de opiniones en el jurado: los menos (que no eran tan pocos) preferían a Atxaga, parece. Polémica.

Lo de los premios es complicado. Y risible, también; en ocasiones.

A mí me gustó mucho De Prada en sus primeros libros. Las máscaras del héroe me parece una novela magnífica. Alguna otra, de las posteriores, me pareció a la altura. Pero ya el Planeta descubría algo que estaba latente en todas: lo endeble de la propuesta argumental y lo artificioso de un lenguaje barroquizante que parecía ser el único objetivo del escritor. Barniz culterano, sin más objeto que ser eso: culterano. (Kitsch, ha dicho alguien del jurado.)

Me gustó, también, Atxaga. Un tiempo. (Me gustan, aún, muchos de sus libros.) La última novela, por alguna razón... no me llama. Ni siquiera me he planteado echarle un ojo antes de decidir si la leo...

Imagino que habrá más de una discusión jugosa, al respecto del premio en cuestión...

(En cuanto a los escritores... los dos son muy conscientes de sus respectivos personajes, los dos son, a su manera, muy mediáticos... En ese sentido, cualquiera de los dos es perfectamente premiable.)

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Yo, qué quieren, me quedo con Millás. Con Marías (pero no siempre). Con Pilar Pedraza. Y, sí, con el Zafón de La sombra del viento.