martes, 21 de diciembre de 2004

¿la aventura de lo cotidiano? quizá...


un clásico... personal Posted by Hello


Veinticinco años de una tira diaria en la que se sigue de cerca la vida cotidiana de una familia canadiense, con sus alegrías y sus miserias, con sus amoríos, sus altibajos, sus problemas, sus dramas.

No parece atractivo, ¿verdad? Y sin embargo... Mi relación con For better or for worse ha sido irregular en el tiempo. Cada vez que me hacía con un libro recopilatorio me enganchaba sin remedio. Después, sin tener más noticias, con el tomo guardado en la correspondiente estantería (cuando aún tenía espacio en las estanterías, claro... ay...), me tranquilizaba, los personajes se retiraban a la trastienda de mi memoria y continuaba con otras cosas. Hasta que el siguiente libro aparecía en mi vida, y todo volvía a empezar.

Ha vuelto a ocurrir. Este tomo, que resume con mucha picardía la trayectoria de la serie, apuntando las diferentes tramas, centrándose en unos y otros personajes, dejando al lector accidental con ganas de más, ha confirmado mi adicción irremediable: y he decidido que me aprovecharé de los amigos para ir pidiendo los libros que me faltan (no son pocos, por cierto) a los EEUU. Sin prisas. Pero con firmeza, con decisión: esta vez sí.


¿Género? Comedia familiar, con no pocas incursiones en el drama de interés humano. (Algo así... Es complicado de explicar en pocas palabras...)

No, la autora (Lynn Johnston) no inventa grandes cosas, no innova, no crea lenguaje. Se limita a utilizar los recursos del medio (y del género) para crear una obra conmovedora, inteligente y sensible que quizá no va a pasar a las enciclopedias compiladoras de obras maestras indiscutibles (y permítanme la ironía), pero que consigue interesar al lector, engancharlo.

Debe ser bonito poder leer las andanzas de este puñado de personajes a diario, tira a tira, como hacen los norteamericanos.

Y debe ser bonito, también, tener, como autor, la oportunidad de hacer eso: a diario, veinticinco años, desarrollar un mundo paralelo en el que tus creaciones tomen forma, crezcan, respiren, vivan... Lynn Johnston lo hace como muy pocos.


(Estos días, leyendo el libro, se me han vuelto a humedecer los ojos con la muerte del perro de la familia, Farley, y me he reído a carcajadas en otros momentos. Poca gente me provoca tantos sentimientos con sólo unos personajes de papel, con unas palabras en un bocadillo, con unos trazos sobre un pedazo de papel...)