domingo, 9 de enero de 2005

más libros...


otro autor a seguir... pero hay tantos... Posted by Hello


Ah, Minotauro en bolsillo. Grandes títulos a precios asequibles: Ballard, Bradbury, Lem, Vonnegut, Le Guin, Matheson, Gibson... (Concretamente, los últimos que compré fueron el que ven ustedes en la imagen y El verano del pequeño San John, de John Crowley.) Hace tiempo que no compruebo las posibles novedades que hayan podido aparecer...


Hay, en Cátedra (si no me equivoco), en esa extraña colección de volúmenes de obras completas, dos dedicados a Mihura. El primero, de teatro, he llegado a hojearlo en una librería. El segundo se ha publicado recientemente: prosas y obra gráfica. No he podido verlo aún.

Ah... tengo que hacerme con ellos. Los dos, sí.



Y hay más debilidades literarias... De cuando en cuando, me apetece mucho meterme en vena una novelita de Ciencia Ficción. De las de puro género. Sin coartadas, sin excusas.

Crecí con el género, de una u otra forma. Con paciencia... caramba, incluso se podría rastrear alguna carta mía en Nueva Dimensión. (Extraordinaria revista, por cierto...) Recuerdo que, cuando los espabilados de clase descubrieron a Asimov, yo ya lo conocía de memoria y andaba buscando otras cosas. Recuerdo el impacto que me provocó, en su momento, El océano de la noche, de Gregory Benford. Conservo aún esa primera edición (¿Pomaire, quizá?, no la tengo a mano). Era Ciencia Ficción dura, muy técnica... ¡pero bien escrita! Recuerdo el placer de leer a Stanislaw Lem en aquellas ediciones de Bruguera, en bolsillo; con traducciones de Jadwiga Maurizio (nunca supe si era señora o señor...) y prólogos de Carlo Frabetti. Y el descubrimiento de Ursula K. Le Guin.

Con el tiempo, mi relación con el género ha sido intermitente. Vuelvo a él de tanto en tanto. Leo cada mes el Locus, procuro tomar nota de las reseñas y me quedo con títulos y nombres que, por alguna razón, me llaman la atención. (Gracias a eso descubrí a Stephen Baxter, del que antes o después hablaré por aquí. O a Greg Egan, al que también conviene seguir la pista.)

Con el tiempo, procuro recuperar, también, clásicos que en su momento no llegué a leer: Bradbury, Heinlein.

Con el tiempo, me reafirmo en determinados nombres: la Le Guin, la grandísima Connie Willis, Ballard, Simack. Lem. (Siempre Lem: me pregunto por qué no aparecen más trabajos suyos. El último que conozco, Fiasco, es de hace ya años. Lo publicó Alianza. Y es espectacular.)



Pero hablábamos de Mihura, ¿verdad? Pues eso, que a ver si uno de estos días...



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(Y no, de Ciencia Ficción española no hablo. No la conozco. Leí a Elia Barceló y al maestro Marín hace mucho, mucho tiempo... Nueva Dimensión, Ultramar... Pero no sé qué se hace ahora. Yo, a Torres Quesada, si me perdonan ustedes... que no lo puedo leer. No descarto, desde luego, que haya cosas interesantes. Incluso bien escritas... Pero es que el tiempo es corto, los libros son muchos... y ya han visto ustedes la cantidad de ellos que tengo, entre unas cosas y otras, pendientes... Ante la duda, pues... Mihura. O Baroja, que entre unos y otros me van a terminar de animar...)