lunes, 16 de mayo de 2005

si hoy es lunes...

Pues eso, que si es hoy lunes, por qué no dejarles aquí otra pequeña joyita de esas que uno guarda con cariño en su biblioteca. Es un breve cuento infantil, editado con un gusto envidiable por Cornélius y escrito por Anna Rozen. El resto (la espectacular puesta en página, el delicado homenaje a los cartoons de la UPA, la delicadeza, la imaginación visual, la belleza) lo ponen dos viejos amigos de por aquí: Dupuy y Berberian. Ya saben... Una de las primeras imágenes que colgué acá fue, precisamente, la reedición remasterizada (a cargo de Cornélius) de su Petit peintre. Los tenía un poco abandonados al respecto...



Por cierto, en alguna parte he leído que habría un nuevo Monsieur Jean allende los Pirineos. Me pregunto si no será otro de esos rumores que me ponen los pelos de punta y me quitan (más aún) el sueño. Será cosa de investigar.


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Más cosas.

Si miro por la ventana, veo un cielo más bien invernal. No creo que la cosa vaya a ser grave: esta mañana estaba despejado...

Por si acaso, y para ambientar un poco, suena en casa una de esas compilaciones de singles de Parálisis Permanente.


Anoche empecé a ver Retorno a Brideshead. Comprobé que ha pasado demasiado tiempo: apenas si recordaba nada. Será, por tanto, como descubrirla.


Rebuscando entre mis papeles he descubierto (o rescatado, no sé cuál sería el verbo más adecuado; el segundo, quizá) cuatro tomos de Hi no tori (Fénix), de Tezuka. En japonés. No hace mucho tiempo que los compré... Recuerdo que los recibí a través de Previews. Cuatro tomos que leí sin entender, lógicamente, ni un bocadillo, pero que aún así pude seguir razonablemente. Cuatro tomos que me descubrieron a un narrador brutal, inventivo, excepcionalemente dotado. Y a un dibujante, cuidado, mucho más interesante de lo que a primera vista podría parecer. Hojeándolos esta mañana otra vez, he estado a punto de volver a engancharme al relato... La agilidad, la inventiva que hay en esas páginas, la riqueza de recursos de que hace gala su autor, son envidiables, abrumadoras.


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El gris del cielo no se diluye. No parece que vaya a abrir el día...

No importa.