viernes, 30 de diciembre de 2005

variantes

Eso, que uno sale de buena mañana temiéndose lo peor después de ver el cielo vestido de acuarela plomiza cuando se asomó a la ventana nada más levantarse, pero resulta que no, que el sol calienta que es un gusto y no hace aire. Se está bien en la calle. (Se estaría mejor sin compras de última hora, pero vamos... que se está bien hoy ahí fuera.)



Y yo les sigo obsequiando, si les parece. ¿Se acuerdan de cuando las asociaciones de padres con exceso de seriedad insistieron en que nuestra Pippi era un ejemplo letal para sus hijos (para los hijos de todos: eso es lo que más jode de estas cosas, la generalización del prejuicio y la insistencia en hacer de él ley)? Una niña sola y anarquista, capaz de caminar por las paredes y con un cofre de oro para sus gastos, con caballo y mono... ¡Y con liguero!

A veces tengo la sensación de que toda esa carga subversiva se ha diluído en la ficción que nuestros niños consumen hoy... Podríamos recordar aquí los tebeos clásicos de Bruguera, o ese Nicolás de Goscinny y Sempé, el ya mítico Guillermo de la Crompton, y contraponerlos a Harry Potter o a los niños un poco relamidos de la Narnia cinematográfica (no menos relamidos que la literaria, claro, pero hay distancias)...

(Claro que ustedes me contraatacarían con las criaturas de la señora Blyton: Los Cinco, con su amor por el jengibre, su andrógina, su perro metomentodo, su té de las cinco y sus educadísimas aventuras...)

Ahora tocaría hablar de manga, supongo. De tebeos para niñas. O algo, no sé... pero lo cierto es que me da pereza, y estoy seguro de que me han entendido ustedes. Hay que reivindicar, me parece, la efervescencia en la ficción para niños, independientemente de que sea literaria, cinematográfica, televisiva o historietística. Hay que recuperar a Pippi, pero también a Epi y a Blas, a Triki, a los Fraguel y a Matilda. Incluso a Manolito Gafotas, por qué no... (O, en todo caso, hay que reivindicar ese espíritu anarquista y dadaísta.)

Ah, no... ni idea de cómo ni por dónde empezar...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Don F, no se repase la versión televisiva de Pippi, el tiempo ha sido cruel con ella
o quizás conmigo)

Sea como fuere, la serie decepciona y emborrona el (grato) recuerdo y la (dulce)nostalgia.

luisdeluis

fcnaranjo dijo...

Ay, Don Luis, no me sorprende lo que me dice. Entre usted y yo, viendo las fotografías... me lo estaba oliendo.

En cualquier caso... no descarto que el tiempo haya sido más cruel con nosotros que con ella...

Pero usted sabe bien de qué hablo, ¿verdad? Alguna vez lo hemos comentado...

Anónimo dijo...

Si se de que o de quienes habla (y el caso es que están por ahí sueltos y accesibles, pero nadie los ve, solo se mira a los publicitados asépticos y acaponad@s heroes/heroinas de actualidad (que no actuales)):

Habla de gente como:

las incorrectas criaturas del gran Roald Dahl

de Calvin y Hobbes

del Pequeño Spirou

de Fiz y Matías(criaturas del gran Kiko da Silva)

del Niño Miope

del trio Buenaventura

el capitán Calzoncillos

hasta, si me apura Mordale y Filemónu

y de unos cuantos más pero ¡ay! los Mamas & the Papas del 2005,son timoratos y neutros y cómodos y vagos(no entran en una librería a echar un vistazo, asi les aspen). Delegan el imaginario y la ficción de sus hijos en lo que tengan a bien transmitirles campañas publicitarias.

¡ays!
los años me afectan..no dejo de gruñir y quejarme,
!me volveré asocial!
luisdeluis

fcnaranjo dijo...

¡Calvin, Hobbes y el Pequeño Spirou!

Eso es, sí, eso es... Por ahí va la cosa...

Y el Niño Miope. (Y Berta, claro; la de la tormenta...)

Un saludo, Don Luis; y feliz año.

Sara dijo...

Pippi era la mejor.
a mi me encantaba, y no esos insulsos dibujos sucedáneos de Pippi que echan ahora, "las aventuras de Pippi"... son tooooooontos.
hay que hacer a los niños pensar.
bueno, y a mi. :D

fcnaranjo dijo...

Hola, Durmiente... Gracias por venir.