lunes, 23 de enero de 2006

palabras

No sé si la poesía no será, a veces, espejo de las propias obsesiones: las de quien la lee, digo. Admito, en cualquier caso, que no es un terreno en el que me encuentre cómodo a menudo. Por desconocimiento. Me he acercado a ella, de manera consciente, apenas una docena de veces en los últimos años. Traducciones de material clásico chino o japonés, algunos libros de Luis Alberto De Cuenca, unos versos de Trapiello y de Ana Merino, del críptico Borges, del sedoso Cortázar.


El amigo KB, en su identidad secreta (Enrique Cabezón) me hizo llegar, poco antes de las navidades, un volumen, su primer libro de poemas. Recoge un puñado de textos cuajados de aristas, hermosos y, en alguna ocasión, deslumbrantes. Son poemas que hablan de la muerte, del paso vertiginoso del tiempo, de la destrucción de ciertas esperanzas. Hablan también del propio escritor y de su reflejo en el espejo (o quizá es, ya lo he dicho, el lector quien se refleja...). Y de la poesía como herramienta, del poema mismo, de su construcción y su lectura.

Del tiempo, insisto. Sobre todo, del tiempo. De su transcurrir, de las cenizas que deja a su paso.

El libro se titula Dios cabalga los lomos de las muchachas, y es el número 70 de El Árbol Espiral.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

"dios cabalga los lomos de las muchachas"... me recuerda a una frase de la "Cábala" judia: "dios cuenta las lágrimas de las mujeres".

Anónimo dijo...

Desde hace un par de años sigo con atención las evoluciones de KB. Sé de buena tinta que este no es su primer libro, es el cuarto, y habría que añadir unas cuantas antologías. Me parece que ha logrado una voz intensa y personal como poeta, que difiere y complementa la del artista gráfico.
Le voy a avisar de la reseña, que sin duda, le hará mucha ilusión.
Un fuerte saludo.

fcnaranjo dijo...

Ah, caramba... No sabía que era el cuarto. Culpa mía.

Gracias por la información... (y por la visita...)

Jorge Iván Argiz dijo...

Hmmmm, esta entrada me da pie a una interesante idea, si señor.

Por otro lado me encanta el título del libro.

fcnaranjo dijo...

¿Una idea interesante?

¿Es que no descansas nunca, tú...?

:)

Anónimo dijo...

Hostia.
Muchas gracias por tan amables palabras. A ti Franciscopor la reseñita y a Benancio por el recordatorio...
Os lo agradezco mucho.

Bueno, yo también quiero saber de qué idea se trata Jorge Iván... Por cierto, recuerdos desde logroño a todos.

Aura dijo...

Interesante recomendación.
Decirle que las poesías de Luis Alberto de Cuenca me parecen grandes, son de las que no se cansa uno de leer. Ayer mismo las revisaba en la página A Media Voz.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Con permisito, Aura (y demás)...



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¿Tiene alma el silencio? ¿Son capaces

las cosas de llorar? ¿Quién es el tipo

que te acompaña en la fotografía?

¿De verdad tienen alas las palabras

de Hornero? ¿Son los dioses el diablo?

¿Respiran las sirenas en el bosque?

¿Hay conejitos blancos en tus sueños?

¿Qué puedo hacer por ti, corazón mío?

Contéstame. Qué puedo hacer por ti.

(De Cuenca)
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