domingo, 17 de diciembre de 2006

ayer fue sábado

Como siempre que debo madrugar, dormí poco y mal. No dejé que sonara el despertador.

Desayuné sin hambre y con roscón, fregué la taza.

En la calle me encontré en el cielo una rodajita de luna, como de manicura francesa. Los coches brillaban, escarchados, a la luz naranja de las farolas.

En el metro, disfruté de la prosa de Susanna Clarke. Tiene un inglés precioso, casi mágico. Es irónica y burbujeante, casi apetece leerla en voz alta, recrearse en cada frase.

Salir otra vez a la calle: un grado, marcaba el termómetro en la esquina del Botánico. Caminar con las manos en los bolsillos y Let´s go to bed sonándome en la cabeza una y otra vez...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Puede que nos cruzaramos... ¿en la esquina del Botánico con Moyano?
Yo volvía con mucho frío y muchas risas...

Besitos

fcnaranjo dijo...

Eran poco menos de las ocho y media... Tendría gracia, sí... :)

Carla de La lá dijo...

másss...