miércoles, 5 de septiembre de 2007

descafeinado

Noticias de la Tierra.

Esperaba con curiosidad la publicación de La sangre de los Porfirio, un título nuevo que venía avalado por el nombre de Balac, utilizado por Yann para firmar el guión del primer Sambre... Algunas de las imágenes que había visto por ahí eran espectaculares, y el tono parecía el adecuado, el que yo recordaba de aquel primer libro ilustrado por Yslaire...


Una vez leída la primera entrega (Soizik), la sensación es de decepción. No porque sea un mal libro, que no lo es. Más bien porque no está a la altura de lo que uno esperaba... Culpa mía, supongo. Pero es que el esquema de Sambre se repite, están los mismos mimbres... y sin embargo, donde allá había garra y un sentido de lo dramático, de lo romántico, premeditadamente sobreactuado, por así decir, aquí la mezcla queda fría y falta química y convicción. Uno lee, pero no se cree nada. Incluso ve venir las cosas. En Sambre uno no tenía que creerse nada, porque estaba arrebatado, poseído por el relato, por la atmósfera, por la resolución de cada secuencia y de cada plancha. Por las palabras, por los gestos.

Y Parnotte no es, ni de lejos, el Yslaire de entonces. (Como Balac, ay, no parece que sea el que fue...) Su trabajo es demasiado pulcro, le falta... eso, drama y garra. (Y ese color tan... tan de anticlímax...)


Decepción, pues. Una pena.

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