domingo, 22 de junio de 2008

solanera

Joder, cómo está la tarde... El sol arrasa las aceras, y de cada cuatro balcones, en uno cuelga una banderita-tú-eres-roja-etcétera (con o sin toro, aunque abundan las con).

Centrifugado. En diez minutos, a colgar la colada.


Vi ayer, de visita relámpago en la FNAC, que se ha editado esto tan bonito de lo que les hablaba hace ya tiempo... Releyendo lo que contaba entonces, me han entrado ganas de comprarlo en castellano y regalarlo. ¿No se animan? Merece la pena.


En otro orden de cosas, leo hoy que la amiga Meg se va de vacaciones y no volverá a postear hasta septiembre. Mala noticia: era una de mis lecturas matinales fijas y más agradecidas. Me encantan sus historias de mamá americana, y sus comeduras de tarro de escritora. Y me encanta enterarme de que el marido de su hermana Jennifer (la novia de Chuky, sí...) es campeón de póker. Literalmente. Y esas historias de osos que se pasean por el patio trasero de la casa...


(Ya no se escucha la lavadora. Ahora suenan Camera Obscura.)


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