sábado, 30 de agosto de 2008

epílogos, prólogos...


Se acaba agosto, y con septiembre ahí mismo llega el tiempo de las despedidas. Contratos que terminan, vacaciones, gente a la que se pierde de vista quién sabe hasta cuándo. Hoy mismo, C se despedía para irse a trabajar en otra parte (puesto fijo y mejor pagado, eso sí: me alegro por ella). Otra A, en cambio, simplemente se marchaba; con la esperanza de encontrar pronto algo mejor.

Gente que va y viene, rostros familiares que se desdibujan al cabo de las semanas.


Se acaba agosto y se me echan encima las vacaciones: semanas por delante para cambiar el ritmo de los días y un buen puñado de cosas por hacer. Escrituras, relecturas, algún descubrimiento.

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