sábado, 18 de octubre de 2008

a day in the life


Por lo demás, el día ha sido largo, pero jugoso. Por así decir.

Por la mañana he hecho mis deberes aquí, en casa. Y he salido disparado. En el tren he terminado de leer el Café Budapest de Alfonso Zapico, un álbum de los de antes, con su planteamiento, nudo y desenlace, con sus personajes y sus diálogos, con su progresión narrativa lógica, con su intriga y su emotividad. Luego, en el trabajo, con A (otra A... bueno, de hecho, otras dos A) he echado unas risas. Y me he despedido de C, que se ha ido ya a su colegio, a dar clases de francés y de lengua. Un par de pastitas de té muy ricas mientras miraba, con M, las nubes que se arremolinaban en el cielo como en las películas de posesiones diabólicas. He visto llover luego un ratito y he tomado un par de cañas antes de volver a casa.





Buenas noches.

1 comentario:

Jorge Iván Argiz dijo...

Pues si te ha gustado CAFÉ BUDAPEST,no dejes de pasarte hoy por mi blog.