miércoles, 9 de diciembre de 2009

vieja dama indigna

A un puñado de páginas del final, puedo contarles que estoy disfrutando mucho, pero mucho, Confesiones de una vieja dama indigna, la segunda entrega de las memorias de Esther Tusquets. La franqueza con que escribe, el despojamiento y la ironía de que hace gala y las cosas que cuenta (y lo que demuestra de sí misma al contarlas... al contarlas, además, como las cuenta) me la acercan, y mucho. Dan muchas ganas de conocerla, o de haberla conocido. Dan ganas, también, de leer sus novelas (algunas he leído, por cierto: magníficas).

Me cae bien la Tusquets. Me caía bien ya de antes: pero no tanto como ahora.

Háganse con el libro y me entenderán.

3 comentarios:

Francisco J. Ortiz dijo...

¿Y cuál fue la primera entrega?

Y de regalo, un off topic: ¿es muy molesto el papel semitransparente de la biografía de Schulz?

Hale.

Anónimo dijo...

Tdo esto es memorístico:

2001 Correspondencia privada (Esther Tusquets; Anagrama; Narrativas Hispánicas, núm.312. Barcelona)

2005 Confesiones de una editora poco mentirosa (Esther Tusquets; RqueR. Barcelona)

2006 Prefiero ser mujer (Esther Tusquets; RqueR: NosOtras. Barcelona)

2007 Habíamos ganado la guerra (Esther Tusquets; Bruguera. Barcelona)

Por cierto, su perro Osco era encantador...

JC
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fcnaranjo dijo...

La entrega inmediatamente anterior es Habíamos ganado la guerra, y estas Confesiones... serían una versión MUY ampliada de las otras Confesiones, las de 2005.

(Y el papel de lo de Schulz molesto, sí... y mira que me jode decirlo...)