jueves, 22 de abril de 2010

breviario del largo día



De tormenta matutina (después, eso sí, del encuentro en la cumbre) y bocadillo de jamón con tomate. Llego a casa cansado, pero a tiempo de escuchar un ratito a Juan de Pablos, menos mal.


Por lo demás, bien. Pero mañana, mejor: seguro.

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