domingo, 13 de febrero de 2011

breviario con bostezo (y paraguas)

Colgadas ya todas las cortinas que quedaban por colgar, termino con la sesión de jardinería justo a tiempo para ver cómo empieza a llover. Media luz grisácea y una araña minúscula que viaja arrastrada por el viento se detiene un momento en el alféizar: un soplido y sigue su camino.

Las mismas ganas que antes de hacer nada: cero. Me pasaría la tarde mirando desde la terraza.

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